Se descubren seis mil nuevas especies vivas en los océanos del mundo

5 oct 2010

"Este programa no tiene parangón en la historia de la humanidad". Así de claro es Víctor Gallardo, oceanógrafo de la Universidad de Concepción, para referirse al Censo de la Vida Marina, una investigación de la que formó parte, junto a otros 2.700 científicos de 80 países, para estudiar la biodiversidad de los océanos del mundo y que reveló su informe final en Londres, tras una década de estudios.

¿Sus resultados? Se catastraron 250 mil especies, en 25 zonas del planeta, y se descubrieron 6 mil, de las cuales 1.200 ya fueron descritas formalmente. "Esto representa el primer esfuerzo por documentar lo que vive en los océanos, lo que vivió y lo que vivirá", dice a La Tercera Patricia Miloslavich, bióloga marina e integrante de la comisión central del
Censo de Vida Marina.

Durante los 10 años de investigación, los científicos lograron determinar las zonas con mayor biodiversidad marina del planeta (25 en total), entre las que destacan las costas de Corea, China, Australia y Nueva Zelandia. No sólo eso: además de cuantificarlas y analizarlas, lograron definir qué especies dominan los océanos del mundo: un 19% son crustáceos, 17% moluscos, 12% peces, 10% protozoos y un 10% algas.

Otro gran hito es que logró centralizar, por primera vez,  toda la información disponible sobre biodiversidad marina en un solo sitio web de libre acceso, el OBIS (Ocean Biogeographic Information System). Gracias a esto, científicos de todo el mundo podrán acceder a datos como la base genética de más de 35 mil especies marinas. "Es un caso único de coordinación, organización, cooperación y persistencia, que esperamos no sea el último, porque aún queda mucho por conocer en esta área", dice Gallardo a La Tercera. De hecho, se estima que quedan 750.000 nuevas especies por descubrir, pues más del 20% del volumen total de los océanos no ha sido explorado ni catastrado.

Los hallazgos en Chile

El Censo dividió los océanos en 25 zonas. Chile está en la región de la corriente de Humboldt. De las 10.201 especies catastradas de esta zona, hay 15 nuevas que están en los mares de Chile. De hecho, una de ellas, el cangrejo yeti (Kiwa hirsuta), ha sido una de las imágenes ícono del Censo. Fue descubierto en 2006, al sur de Isla de Pascua, por una expedición norteamericana, y sus blancas y peludas tenazas son ocupadas como ejemplo de biodiversidad.

Otro hallazgo destacado son las bacterias gigantes descubiertas por Gallardo y su equipo en la costa centro-sur del país y que ocupan la superficie del tamaño de Grecia. Este descubrimiento también corroboró que en peso, la vida marina es principalmente microbiana y superior a la terrestre. Por ejemplo, el peso de los microbios marinos es equivalente a 35 elefantes para cada persona que vive en la Tierra. También están el descubrimiento de los corales de mares fríos en la zona austral, la frecuencia de ballenas azules en la misma región (que ha dado pauta para declarar su protección) y diversos tipos de crustáceos en el norte del país.

Javier Sellanes, biólogo marino de la Universidad Católica del Norte (uno de los investigadores que más especies nuevas ha catalogado en el país), revela también cómo esta investigación permitió conocer las principales amenazas que existen para nuestra biodiversidad: la falta de oxígeno en el agua, por faenas productivas, y la sobrepesca que muchas veces arrasa con ecosistemas enteros. "El efecto de las redes de arrastre sobre las comunidades bentónicas (que viven en el fondo marino) equivale a talar un bosque", dice Sellanes.

Fuente La Tercera

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